Querido Negroide Subtropical

Te escribo desde estas maravillosas costas sitas en la augusta capital del Grande Imperio de Ausencia, a los tres (3) días de haber contemplado tu juvenil rostro por última vez, a los dos (2) días de tu partida. Desde ese momento, Grandes e Interesantes Hechos han acaecido, pero no los relataré debido a que adherí al Escepticismo Filosófico, gracias al cual rechazo la hipótesis de que el mundo pueda ser aprehendido por los sentidos, lo que implica que todo lo que salga de mi pluma o PILOT Precise Rolling Ball FINE puede ser considerado verdad o mentira a gusto del consumidor (marque con una cruz). Te escribo, sí, previendo que al desilusionarme de mi presente adhesión filosófica me pase al Nihilismo Cartesiano. Por las dudas ya envié un cupón para el curso por correspondencia sobre Kantismo Zen.

Como dije, no hay nada nuevo bajo el sol, porque en el Espacio no hay arriba ni abajo, esas son categorías mentales burguesas que el capitalismo ha introducido y con las que ha machacado torturantemente durante los últimos diez (15) minutos. Es necesario considerar el mundo con nuevos ojos: tengo turno en el quirófano para el 37 de juliembre para un trasplante de ojos de buey. Me va a operar el Grande Cirujano Mayor Adrián Baranchuk, quien asegura un buen resultado, a excepción de cierta mirada vidriosa, lo que no me arredra. Más bien me enreda.

Espero con ésta (carta) amenizar un poco tu llegada a tan desiertas e inhóspitas regiones del Norte (en el Espacio tampoco hay Norte ni Sur, ni Este ni Oeste, pero éstas son categorías mentales mapuches con las que nos topamos en kioskos o puestos de expendio de bebidas alcohólicas o no alcohólicas desde hace tres (8) o cuatro (cuatro) días o milenios). Desde aquí te deseamos (¿quién se coló en mi carta?) el mayor de los éxitos y el más Grande Triunfo. Ya llené con tus datos y envié el cupón para el curso “Jáu tu surváiv in e Fórein Lan” (en castellano: “Aprenda a tejer y cultivar hortalizas todo el año”), que te será de gran utilidad para aumentar la venta callejera de cardúmenes eléctricos. Por lo demás, nada hay que agregar a lo ya dicho: lo perenne, como el mar, la búsqueda de la inmortalidad, o nuestra amistad, persistirá por sobre lo provisorio, como la noche, los regímenes de gobierno o nuestros huesos. Podemos encontrar un poco de magia en nosotros mismos, o dedicarnos a una dieta estricta de escorpiones, puercoespines y escarpines. Reflexiona, amigo mío, sobre estas palabras, y escríbeme Pronto. Recuerda que después de la operación tendré ojos de buey, y al mirar en ellos verás la inmensidad marina. Ejercítate, no dejes el fútin ni el yóguin, y come cacahuates y mantequilla de maní tres días por medio. Duerme con calcetines y en pelotas, y no te desabrigues en verano.

Te extraña

M***





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